La entrada en vigor de la Ley de Bienestar Animal en 2023 marcó un cambio importante en la forma de cuidar a los animales de compañía en España. Su objetivo es proteger su bienestar y fomentar la tenencia responsable, pero un año después surgen desafíos prácticos y oportunidades de mejora.
Aunque la normativa avanza, el verdadero impacto todavía se está midiendo. Muchos tutores se enfrentan a dudas, vacíos de información y decisiones difíciles sobre cómo cumplir correctamente con la ley mientras garantizan el bienestar de sus perros.
Retos: las dificultades que enfrentan los tutores
La implementación de la ley ha puesto de manifiesto varios obstáculos que todavía afectan a los dueños de perros en España:
Baja adopción del seguro obligatorio: Aunque desde 2023 todos los perros deben contar con un seguro de responsabilidad civil, solo un 3% de los perros en España tienen una póliza activa. Esto refleja la falta de concienciación sobre la obligatoriedad y la importancia de la medida.
Falta de información clara: Muchos tutores no saben qué cubre exactamente el seguro ni cómo contratarlo correctamente. Esto genera confusión y puede llevar a incumplimientos involuntarios.
Cumplimiento por obligación, no por conciencia: Algunos dueños actúan solo para cumplir la ley, sin interiorizar la importancia de prevenir daños y cuidar proactivamente a sus perros.
Desfase entre regulación y educación: La normativa avanza más rápido que la concienciación social, dejando un vacío en la práctica diaria. Esto significa que, aunque la ley existe, muchos perros todavía no reciben la protección que la normativa pretende garantizar.
Gestión de nuevos requisitos: La obligación de microchip, registro en censos y cursos formativos para nuevos tutores son pasos positivos, pero generan carga administrativa y dudas sobre plazos y trámites, especialmente en comunidades autónomas con procedimientos distintos.
Confusiones: conceptos que generan dudas
La ley introduce obligaciones claras, pero hay conceptos clave que todavía generan confusión entre los tutores:
Responsabilidad civil ≠ cobertura veterinaria: Muchos creen que el seguro obligatorio cubre gastos médicos del perro. En realidad, protege a terceros frente a daños que el perro pueda causar, como mordeduras, accidentes o destrozos.
Coberturas poco claras: Algunos tutores piensan que incluir al perro en el seguro del hogar es suficiente, pero muchas pólizas no cubren adecuadamente la responsabilidad civil específica del animal.
Interpretación variable según la comunidad autónoma: Las diferencias en registros, procedimientos y requisitos generan incertidumbre sobre cómo cumplir correctamente la ley.
Falta de educación preventiva: No todos los tutores comprenden que cuidar bien de un perro no es solo cumplir la ley, sino anticiparse a problemas de comportamiento, salud y seguridad.
Estas confusiones muestran que la regulación por sí sola no garantiza bienestar, sino que debe acompañarse de información clara y formación accesible.
Oportunidades: cómo aprovechar la ley para mejorar la tenencia responsable
Más allá de los retos y confusiones, la Ley de Bienestar Animal ofrece grandes oportunidades para tutores, profesionales y sociedad:
Educación preventiva: La ley impulsa cursos y recursos para que los dueños comprendan mejor las necesidades físicas y emocionales de sus perros, fomentando hábitos de cuidado proactivo.
Colaboración entre actores clave: Veterinarios, aseguradoras y administraciones pueden unir fuerzas para ofrecer información clara, productos adecuados y apoyo a los tutores.
Cambio cultural: Transformar la responsabilidad de “cumplir la ley” en hábitos de cuidado consciente y protección del bienestar animal. La prevención y el conocimiento se convierten en herramientas de protección real.
Mayor seguridad y tranquilidad: Con un seguro de responsabilidad civil bien entendido y contratado, los tutores pueden actuar con mayor confianza, sabiendo que tanto ellos como terceros están protegidos ante posibles incidentes.
Promoción de la tenencia responsable: La ley abre la puerta a prácticas como la adopción frente a la compra, la formación continua y la correcta identificación de los perros, fomentando un entorno más seguro y ético.
Fortalecimiento de la relación con el perro: La ley no solo protege legalmente, sino que impulsa la atención a la salud, comportamiento y bienestar emocional del animal, promoviendo una convivencia más armoniosa.
Hacia un cuidado consciente y responsable
La Ley de Bienestar Animal es más que un conjunto de obligaciones legales: es una oportunidad para cambiar la forma en que entendemos la relación con nuestros perros.
El verdadero bienestar no se logra solo con cumplimiento normativo: requiere educación, prevención y colaboración entre todos los actores implicados.
Milo Correduría de Seguros Digital S.L., CIF B21910880, Calle Tuset 19, 08006 Barcelona, España. Inscrita en el Registro Mercantil de Barcelona, Tomo 1000450013541, Folio 1, Hoja B 634993, Inscripción 1. Inscrita en el Registro administrativo de mediadores de seguros de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones con clave administrativa J-4483. Correduría con seguro de responsabilidad civil y capacidad financiera conforme al Real Decreto-ley 3/2020.













